Tema: “La mujer en la
sociedad actual: igualdad, discriminación y empoderamiento.”
Lugar: Asociación Cultural
Vela y Mora. Prado del Rey (Cádiz).
Día y hora: Viernes, día 17 de febrero, a las 17:30 horas.
Organiza: IES "Carlos III" en colaboración con el AMPA
"Fabia Fabiana".
REFLEXIÓN
INICIAL
Los nacidos en el siglo XX, y
tenemos ya unos años, cuando hablábamos del siglo XXI, nos imaginábamos un
mundo sofisticadamente tecnológico: robots inteligentes, coches voladores,
conquistas estelares, etc. Y, casi lo hemos conseguido, hemos alcanzado un gran
desarrollo científico-técnico que nos permite tener una vida más fácil y feliz,
aunque se haya generado otro tipo de problemas derivados del exceso del
cientificismo y del uso inconsciente de la tecnología; quizás porque no todo lo
que se puede hacer se debe hacer. No obstante, podemos poner
en duda si tal crecimiento se ha producido a nivel de la moral en general, y
los derechos humanos en particular. No es necesario realizar un exhaustivo
análisis de nuestra sociedad para constatar que el ser humano, quizás ha
evolucionado poco a nivel moral, o al menos mucho menos que en el ámbito científico- tecnológico.
Siguiendo el análisis del
desarrollo evolutivo del razonamiento moral realizado por Lawrence Kohlberg (1927-1987)[1],
podemos afirmar que la gran parte de la población mundial se encuentra en los
niveles más bajos de desarrollo moral. Podemos enumerar diferentes ejemplos que
verifican este diagnóstico. Nos vamos a parar en uno de ellos: la discriminación de la mujer, objeto
principal de nuestro segundo Café Filosófico.
Es cierto que, en la actualidad,
la mujer se encuentra menos discriminada que en el pasado, pero sigue siendo
víctima de una sociedad machista que la
discrimina en todos los sectores sociales, y más aún en los países en los que
no impera la ley como principio de convivencia, fruto de un sistema democrático
y un Estado de Derecho.
Son los “renglones torcidos” de
la libertad y la dignidad humana: niñas y mujeres sin derecho a la educación y
la asistencia sanitaria, matrimonios infantiles, agresiones y violaciones
sexuales, mutilación/ablación genital, violencia de género, discriminación
legal y laboral, discriminación salarial, discriminación sexual, invisibilidad
de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad, etc., etc.
¿Por qué seguimos escribiendo con
nuestras actitudes estos “renglones torcidos”? Porque seguimos renovando cada
día una sociedad patriarcal con prejuicios machistas, con mitos anclados en la
añeja visión determinista y androcéntrica del mundo, porque confundimos sexo y
género, porque el aprendizaje social reitera inconscientemente actitudes
sexistas y discriminatorias, refugiadas en el peso y el poder de la tradición; porque
no se están poniendo en práctica políticas destinadas a reorientar los pilares
de la educación, porque no queremos salir de la “zona de confort” reglada bajo
los cánones del patriarcado…
Con todo, es necesario un giro
“copernicano” a nivel ideológico, demandado por los principios de igualdad,
libertad y dignidad humana, simplemente porque mujeres y hombres somos
iguales, pero diferentes.
Para conseguir ese cambio en
nuestra cosmovisión de lo masculino y lo femenino son necesarias estrategias
educativas, sociales e ideológicas. Entre ellas, el llamado empoderamiento de la mujer. Se trata de
un término acuñado en la Conferencia Mundial de las Mujeres en Beijing (Pekin)
en 1995 para referirse al aumento de la participación de las mujeres en los
procesos de toma de decisiones y acceso al poder. Actualmente esta expresión
conlleva también otra dimensión: la toma de conciencia del poder que individual
y colectivamente ostentan las mujeres y que tiene que ver con la recuperación
de la propia dignidad de las mujeres como personas. Por tanto, este concepto
hace referencia a la capacitación para la emancipación que adquieren las
mujeres ante su propia vida, junto al poder colectivo que les dota de
estrategias para producir cambios socioculturales…
El debate queda abierto.
Seguidamente se sugieren algunos interrogantes como posibles preguntas para
iniciar el Café Filosófico:
- ¿Por qué sigue existiendo en pleno siglo XXI la discriminación de la mujer?
- ¿Tan discriminada sigue estando la mujer en la actualidad?
- Si se denuncia la discriminación de la mujer, ¿por qué se defiende la discriminación positiva de la mujer como un camino hacia la igualdad?
- ¿Es posible alcanzar la plena igualdad entre hombres y mujeres?
- ¿Cómo se puede superar el machismo y la discriminación de la mujer?
- ¿El empoderamiento de la mujer es una necesidad para superar la discriminación de la mujer?
- ¿El lenguaje es sexista, potencia la discriminación de género?
[1]
Psicólogo contemporáneo
discípulo de Jean Piaget, que tras su estudio del desarrollo de la conciencia,
llegó a la conclusión de que, a pesar de la pluralidad de contenidos morales
(valores y normas), se puede hablar de esquemas universales de razonamiento
vinculados a la propia psicológica, en función de los cuales evolucionamos de esquemas más infantiles y egocéntricos
a esquemas más maduros y altruistas. En general establece, siguiendo esta
escala evolutiva, seis estadios de madurez creciente, con razonamientos morales
diferentes: 1) Obediencia y miedo al castigo. 2) satisfacer los propios
intereses. 3) ser aceptado por el grupo. 4) aceptar la normas acríticamente. 5)
Derechos constitucionales. 6) Principios morales universales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario